En su mensaje para este año, el Santo Padre recuerda que el Jubileo que vive la Iglesia Católica, ayuda a descubrir que la esperanza siempre es fuente de alegría a cualquier edad.
Asimismo, el Papa puntualiza que Dios enseña que, a sus ojos, la ancianidad es un tiempo de bendición y de gracia.
Por otro lado, destaca la importancia de un cambio de ritmo, que visibilice la responsabilidad de toda la Iglesia, pues cada parroquia, asociación y grupo eclesial está llamado a ser protagonista de una “revolución” de gratitud y cuidado, reflejada en visitas frecuentes a los ancianos, entretejiendo relaciones que puedan dar dignidad al que se siente olvidado.
Además, el Papa invita a los adultos mayores a transmitir con amor la fe que han vivido durante tantos años en la familia y en los encuentros cotidianos.
Es importante tener presente que este año la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, se celebrará el domingo 27 de julio.